Iba por la avenida Mauritania, al fondo , en la rotonda, un guardia gordinflón regulaba el tráfico. Parecía feliz, manos por aquí, señalo por allá y sonrío al de más allá, hoy es mi día, soy un flower power y eso que no sé inglés.
Iba y se paró justo en la rotonda, apagó el motor,echó el freno de mano, salió del coche parsimoniosamente. La rotonda se hacía intransitable: claxon, manos, cabezas por la ventanilla, gritos. Al guardia de tráfico no le hizo falta acercarse, porque ya se acercaba el conductor, un tipo insignificante, delgaducho, de cara pálida y un poco calvorota .
Cuando llegó a medio metro del guardia, mirándolo fijamente le dijo: A ver papeles, documentación.
SITUACIÓN ABSURDA
ResponderEliminarSe encontraba en el despacho de su casa, haciendo el inventario acerca de las casas vendidas en los meses de noviembre y diciembre; era escalofriante la manera en la que ha bajado la cantidad de ventas, lo que le puso de mal humor, lo cual ya se le estaba haciendo costumbre. Era recomendable que en estos momentos nadie le hablara ya que podía resultar insoportablemente sarcástico y fastidioso. El teléfono fijo de casa comenzó a sonar irritantemente lo cual hizo despertar a su pequeño bebé de apenas cinco meses. Mientras soltaba un par de maldiciones y blasfemias sobre la persona que llamaba, intentó tranquilizar a su hijo. Una vez que este se durmió, no se molestó en responder a la llamada, pero esta persona resultó ser muy persistente y nada más descolgar el auricular exclamó:
—Espero que sea importante, si no me aseguraré de torturarte lentamente, seas quien seas.
–Te aseguro que es muy importante.–dijo su perezoso mejor amigo con una vez un tanto adormilada.
–¡Suéltalo!–ordenó Javier viendo que estaban colmando su paciencia.
–¿Te encuentras en casa?–preguntó Lucas con su voz más inocente. Pasaron alrededor de dos minutos y lo único que se escuchaba al otro lado de la línea era una respiración irregular y unos bufidos dignos de un toro apunto de arremeter contra su torero.–¿Javier...?
–Muy sugerente tu idea, Lucas, pues como verás, estás llamando al teléfono fijo de casa, pero no; me encuentro en Jamaica con seis mil kilómetros de cable telefónico– dijo Javier con una voz intimidante y sarcástica.
Ya avisamos que nuestro amigo Javier tenía un temperamento... un tanto peculiar.
Sara El Gazuani, 2ESO A
Muy bien
Eliminarapunto/ a punto
En casa, estábamos aún asimilando la noticia de que mi primo, un muchacho de veinte años de edad, perteneciente a una alta clase social, descendiente de una de las familias más respetadas de la provincia y teniendo en su posesión tantas riquezas como tiene, se enamorase de una chica vulgarmente dicho, campesina. Luis, mi primo, la invitó a una cena a la que asistiría toda la familia, y comprendo lo escalofriante que pudo ser para ella la imagen de toda la familia sentada alrededor de una larga mesa y conversando de temas burgueses y poco polémicos a los que tendría que hacer frente.
ResponderEliminarLa sugerente idea de Luis me resultó adecuada; invitar a su "novia" para que se familiarice con lo que acabaría siendo su día a día.
Al finalizar el primer plato, se acercó Dionisio, el mayordomo, y no es que sea perezoso para recoger la mesa, pero ella se levantó captando inmediatamente nuestra atención y se puso a recogerla con él.
Muy bien
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