-Ahhh-un sonido débil surgió de algún lugar de la habitación. Samuel se acurrucó entre las sábanas pero otro ahhh más cercano le hizo entrar en pánico ascendente...
pensó, o más bien quiso pensar porque estaba atenazado, que aquel ruidito, aquella queja era producto de su imaginación, pero no, un tercer ahhh acabó por demostrarle que aquello era real, que su cerebro no le estaba jugando una mala pasada. En esas estaba cuando percibió el cuarto ahhh detrás de su oreja, sintió incluso el aliento tibio...(anda,sigue tú)