-Ahhh-un sonido débil surgió de algún lugar de la habitación. Samuel se acurrucó entre las sábanas pero otro ahhh más cercano le hizo entrar en pánico ascendente...
pensó, o más bien quiso pensar porque estaba atenazado, que aquel ruidito, aquella queja era producto de su imaginación, pero no, un tercer ahhh acabó por demostrarle que aquello era real, que su cerebro no le estaba jugando una mala pasada. En esas estaba cuando percibió el cuarto ahhh detrás de su oreja, sintió incluso el aliento tibio...(anda,sigue tú)
Mac y yo íbamos por el pasillo del instituto desierto en busca de Daniel y Kate, que habíamos perdido de vista. Un mal presentimiento me hizo pensar que mejor permanecer juntos él y yo. Recorrimos todos los pasillos pero nos detuvimos frente a la puerta del aula de geografía porque desde el otro lado se oían los gritos de Daniel y Kate pidiendo auxilio y gritando cosas incoherentes, Mac y yo abrimos la puerta, que para nuestra sorpresa no estaba cerrada con llaves , pero ahí no estaban. Las llamadas de auxilio seguían y la voz ahogada de Kate gritaba -¡aquí! ¡Aquí!-, bajamos las escaleras de tres en tres porque el grito provenía de abajo y entramos en el laboratorio; que antes estaba cerrado con llave, pero ahí tampoco estaban y yo no supe si alegrarme o desesperar. Mac frunció el ceño y de nuevo comenzaron los gritos, esta vez de Daniel, me di cuenta de que estaba oscureciendo y yendo hacia el interruptor de luz… ¡BUM! Un fuerte golpe me sobresaltó, se había abierto mi taquilla y quedó claro que quien estuviera detrás de esto había colocado una grabación con las voces de Kate y Daniel para distraernos. Y de pronto, un inesperado golpe sacude mi cuerpo, un intenso dolor se expande por mis entrañas, tengo la vista borrosa, aunque veo a Mac caer al suelo y una sombra negra alejarse por el pasillo; me cuesta respirar, y me duele la cabeza, la sombra negra cada vez se aleja más y yo caigo al suelo, junto a Mac.
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ResponderEliminarEra inconfundible, aquellos ojos negros tan profundamente intimidantes y aterrorizadores no se despegaban de mí, y, desgraciadamente, en mi interior crecía algo cada vez más hasta explotar haciendo que ese terrible miedo llegue a todas las partes de mi cuerpo haciéndome perder el equilibrio por un momento.
ResponderEliminar-No tienes salida, lo sabes, ¿no? -habló con voz ronca, logrando asustarme más de lo que ya estaba-
Miré a mi alrededor; estábamos en el almacén de una tienda de tejidos abandonada y la puerta la había cerrado él con llave, corrí hacia ella y la estampé con mi hombro, mi pierna, mis brazos... Con todo mi cuerpo repetidas veces hasta que me cansé y me rendí.
Al girarme hacia aquel monstruo sin corazón me quedé mirándolo durante unos segundos. ¿Cómo podía llegar el ser humano a ser tan extremadamente cruel? Era algo en lo que me pasaría mil años pensando, pero que no lograría entender nunca. Definitivamente hasta aquí llegó mi vida.
-No voy a hacer lo que tú me digas -hablé con orgullo y firmeza, ¿qué más daba? Iba a morir, eso lo tenía claro- mátame, pero siempre te quedarás con la duda de lo que pasó aquella noche.
Comenzó a andar hacia mí con un cuchillo largo y afilado, a lo que retrocedí varios pasos chocando con la pared.
-¿Estás segura? -se acercó más bloqueándome la salida- estoy seguro de que no querrás morir asesinada por mí, como hice con tus dos hermanos.
Mi boca tocó el suelo, mis ojos se volvieron de un color rojizo resaltando el color verde que tenían, y en un par de segundos comencé a sentir mis mejillas humedecidas por las incontables y saladas lágrimas que caían por mis ojos.
Definitivamente, aquello me había destrozado el alma y mi vida en general.
Mi madre tenía razón; ¡demonios! Que si la tenía... ¿Cómo pude caer? Confiar en una persona tan rápido era decepcionante, porque ahora, él me había defraudado tanto, que podía sentir cómo una aguja me traspasaba el corazón llegando hasta lo más profundo de mi ser.
-¿Vas a hablar o no? -me cogió del cuello impidiéndome respirar-
-No. -Dije finalmente con un hilo de voz preparándome para... mi muerte.-
Profesor volví a escribirlo porque tuve un error que quise corregir
ResponderEliminarEstaba en un profundo sueño cuando un extraño ruido me despertó, intenté acordarme del sueño pero el intento fue en vano. Me senté en la cama para saber de donde procedía este ruido. Eran gotas que chocaban contra alguna superficie. Molesta, decidí dirigirme hacia la cocina, al llegar comprobé el grifo y el sonido pero. Al volver me choqué contra algo ya que todo estaba oscuro, sentí un gran escalofrío recorrer por todo mi cuerpo, intenté no darle importancia. Volví a meterme en la cama y al cabo de cinco minutos volvió ese maldito ruido pero esta vez el intervalo de tiempo entre gota y gota era más corto y más fuerte, me asusté ante tal ruido y de nuevo me levanté para dirigirme a comprobar el grifo del baño. Noté que mi armario estaba abierto, lo cerré extraña. Caminé por el pasillo, más rápido que la vez anterior, más temerosa… Las gotas cada vez estaban más cerca. Sentí un raro sentimiento: Terror, miedo, pánico… no podía describirlo y nada podía tranquilizarme, hiperventilaba y eso no me ayudaba en lo absoluto. Al entrar el baño me paralicé al sentir una presencia detrás de mí. Lentamente me fui girando, deje de respirar pero en ese instante una gota roja se poso en mi cara, levanté la mirada y ahí estaba, la chica de mis sueños, en el techo, llena de sangre.
ResponderEliminarRania Chaer Rian
Bien
EliminarMe levanté de la cama, incapaz de seguir durmiendo, cada vez que cerraba los ojos lo veía. Era monstruoso, no daré su descripción física porque no quiero aterraros; realmente no había otro adjetivo para definirlo, simplemente monstruoso. En todos los sueños me perseguía, atormentándome lentamente, no tenía prisas, me torturaba poco a poco, como si disfrutara de la sensación de verme sollozar y rogar por mi vida; una simple sonrisa serafínica por su parte y yo ya me encontraba temblando de miedo. Menos mal que solamente existía en mis pesadillas, lo que yo no sabia era que esta misma noche lo iba a volver a ver, pero esta vez en persona, podría decir que hoy iba a volver a ver a mi reencarnación del diablo.
ResponderEliminarBien
ResponderEliminarEl impresionante dìa de Raquel fue el dìa en el que sus padres se iban de visita a su abuela e iba a quedarse sola .Estaba muy feliz porque iba a tener la casa para ella solita, y pensó llamar a sus cuatro amigas para decirles que iba a hacer una fiesta de disfraces. Bajò al sótano para sacar su disfraz de bruja que le había regalado su padre en Hallooween. Mientras bajaba por las escaleras del sótano se corto la luz de toda la casa , pero como Raquel no tenía miedo de la oscuridad fue y saco del cajòn de su habitación una linterna, al estar ya dentro del sótano empezó a rebuscar entre las cajas y cosas viejas hasta que al final encontró su disfraz, al encontrarlo de repente se cerrò la puertra , ella no se preocupò ya que pensaba que podría ser una corriente de aire, pero cuando quiso abrirla para salir esta no se abrìa parecía que alguien la ha cerrado. Comenzò a gritar y a dar golpes a la puerta por si hubiera alguien que la ayudara , al ver que no se abrìa empezó a temblar de miedo pero lo que le puso los pelos de punta era que oìa un fuerte respirar y que parecía alguien estaba con ella pero cuando dirijìa la linterna a los rincones del sótano pero no había nadie. De repente vio una sombra , se quedó petrificada del susto, cada vez veìa que la sombra se acercaba a ella, pero cuando ya estaba enfrente suya la criatura que ella no sabìa que era, se encendió la luz. Resultò ser su padre dándole una lección o dándole una idea de que podría pasar si se quedara en casa sola.
ResponderEliminarFATINE BANZI