miércoles, 13 de noviembre de 2013

LA DESCRIPCIÓN

 Vamos a  describir, cumple los criterios: descripción interna y externa y más de diez verbos diferentes. Y muchos adjetivos de todos los colores,sabores y olores...

4 comentarios:

  1. Ella paseaba por el pueblo tranquilamente pero hambrienta y,de repente,lo vió. La nueva pastelería de la cuál tanta gente hablaba. Por un momento se le olvidó el hambre que tenía y se puso a comerse los pasteles del escaparate con la vista. El olor del intenso chocolate fundido cayendo suavemente sobre el pastel de fresas la envolvió en un sentimiento de felicidad. La tienda estaba ordenada de manera que se podía apreciar cada detalle dado que era amplia y espaciosa. En la esquina del fondo se podía observar al maestro confitero hacer sus especialidades y, poco más a la derecha,los pasteles recién horneados a punto de ser cubiertos por capas de suaves sabores frutales acompañados de una fina capa de gelatina. Se sentía como en el paraíso del dulce y fue adentrándose poco a poco.A medida que pasaba al lado de los pasteles,las galletas caseras que parecían de la receta de la abuela y los helados de yogur,se acordó del hambre que tenía y del poco dinero del que disponía.Se acercó a la dependienta:alta,guapa,de una figura esbelta y poco más de unos veinticuatro años que la observaba con su cara sonriente. balo la vista a su bolsillo y se dió cuenta de que nada más tenía unos cuántos céntimos que no le llegaban ni para comprar un simple caramelo.Al verla,la dependienta le extendió a la niña una caja de pasteles y esta,sonrió de lo feliz que estaba ya que no acostumbraba a ver eso todos los días siendo una niña que vivía de la caridad.

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  2. Sentado en la plaza “primo”
    Hace frío pero no llueve. El cielo está azul, limpio y vacío de nubes. Estoy sentado en la terraza de un café: en frente de mí hay tres abejas que rodean volando mi vaso de té a la menta. Sale humo de él, y huele a azúcar y a menta. Me gustaría que las abejas se fueran a las otras tazas de café que hay en la mesa, pero han decidido sobrevolar solo el aromático té y olvidarse de los blancos azucarillos que están olvidados en los otros platillos. Hay mucho bullicio alrededor: vendedores bien abrigados anuncian los precios de las mercancías que exponen por el suelo y que están vendiendo, y los coches transitan sin parar por la carretera, entre acelerones y pitidos de bocina. La gente camina con bolsas en las manos, con prisas, con el móvil a la oreja, otros hacen cola para comerse un exquisito gofre bañado en chocolate. Un poco más lejos, en la esquina, están los limpiabotas con sus manos manchadas de betún. Si levanto la vista veo banderas en la fachada de un edificio: la europea, la española, la marroquí. Muchos colores que va zarandeando el viento. En la otra dirección, la iglesia del color de la tierra y cerca de su puerta las furgonetas de la policía. La fuente que ocupa el centro de la plaza está apagada. El surtidor de agua está como dormido esperando a que la enciendan para celebrar alguna fiesta. Alrededor, los jardines están tristes, bien regados, casi inundados aunque no ha llovido desde hace mucho, pero con flores marchitas. Y las siluetas metálicas con bombillas que pusieron para celebrar la ciudad de las siete puertas a mí me parecen las rejas de una jaula que no está terminada.

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  3. JUEGOS LOCOS CON UNAS CUANTAS PALABRAS
    “Desperté en un oloroso entorno, el alba y mi destino áspero lleno de nostalgia ardiente me llevaron a inventar algo frágil. No lo sé, no sé si era el mejor momento. Los niños de la calle gritaban mucho, me perturbaban, y chillé un kilométrico “chiiiiiissssst”. Pero ellos no lo oyeron, ellos sólo reciben información a través de power point”

    “La nostalgia me invadía y el alba me había sorprendido en un aspero pero oloroso paisaje. Un sol ardiente asomaba tras el kilométrico horizonte que estaba envuelto en una frágil bruma.
    -Algo tendré que inventar-dije en voz alta. Y los duendes me devolvieron un confuso “chiiiiiisssst”.
    -No lo sé, no sé si creerme todo lo que decía aquel maldito power point. Los mapas que nos mostraron proyectados sobre la blanca pared contenían algún error…”

    “Entré a escuchar una charla sobre lo que nos hace falta inventar: alba auto programable; detector de destino frágil o confuso; paraguas oloroso; y, corrector kilométrico en pequeño formato. El conferenciante presentó un power point en tono poco amable y algo áspero. Cuando fui a hacerle una pregunta, me dijo “chiiiiiissst” y decidí marcharme. Afuera me esperaba un ardiente atardecer. No lo sé; no sé si nos hace falta inventar todo eso. De repente sentí nostalgia”.

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